La gestión de procesos es la tarea fundamental de cualquier sistema operativo moderno. El sistema operativo
debe asignar recursos a los procesos, permitir el intercambio de información entre los mismos, proteger los
recursos de un proceso del resto y facilitar la sincronización de procesos. Para alcanzar estos objetivos, el
sistema operativo mantiene una estructura de datos para cada proceso que describe su estado y los recursos
que posee y que permite al sistema operativo imponer un control sobre los procesos (PCB Bloque de Control
de Proceso).
En un monoprocesador multiprogramado, debe intercalarse en el tiempo, la ejecución de múltiples procesos.
En un multiprocesador, no sólo puede intercalarse la ejecución sino que los procesos se pueden ejecutar
simultáneamente. Ambos, intercalación y ejecución simultánea, son formas de concurrencia y llevan a una
multitud de problemas complejos, tanto para el programador de aplicaciones como para el sistema operativo.
El sistema operativo debe llevar a cabo la función de planificar y ofrecer mecanismos para compartir y
sincronizar procesos.
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